miércoles, 14 de septiembre de 2016

Dolencias 2.0; nuevas enfermedades por el uso de los celulares

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En la actualidad los seres humanos no pueden pasar ni cinco minutos sin mirar el celular, un reportaje de la revista Cosmopolitan México, refleja que, el 80 % de los usuarios de ese país lo usa mientras ve la televisión y casi 65 millones de personas accede regularmente a Internet.
La publicación destaca que los smartphones representan 50 % de los teléfonos móviles en México y, según algunos estudios, son tocados un poco más de 10 veces por hora, lo que, quitando las ocho de sueño, nos da una cifra que supera las 160 veces al día.
En la actualidad es normal ver un grupo familiar o de amigos sentados comiendo, y al mismo tiempo revisando su celular o durando un largo rato sin emitir ni una sola palabra.
La revista destaca que el móvil roba toda nuestra atención y nos está pasando factura: llegan los tecnoachaques. Los médicos incorporaron en sus diagnósticos dolencias 2.0; te contamos las más frecuentes dadas a conocer por el medio azteca.

Tecnoestrés
La necesidad de estar conectada todo el tiempo puede derivar en un trastorno (cada día más frecuente; afecta a una de cada tres personas), conocido como tecnoestrés o estrés tecnológico.
Buscas, observas, lees, guardas, organizas y generas información continuamente. No importa si te encuentras de vacaciones, fuera de la oficina o vas de camino al gimnasio.
El smartphone ha hecho que tengas todo en tu mano (hasta correo electrónico), por lo que es importante desconectarlo. Esta situación puede conducir a una sensación de ansiedad, estrés y nerviosismo que puede pasarnos factura.
Además, hay otro caso de estrés 2.0, se da cuando todo evoluciona antes que tú. Este desorden aparece en modo de frustración y miedo a no saber adaptarte.

Nomofobia
“Y si me mandan un WhatsApp importante? ¿No tener acceso a mi Instagram mientras ‘disfruto’ de un trago con mis amigas? ¿No leer lo que sale en Twitter ni saber qué es tendencia?”.
La adicción del siglo XXI se llama nomofobia y no es otra cosa que el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono celular. Al igual que llevarlo contigo y quedarte sin batería. ¿Te suena? Según la plataforma Descontect@, este término es un trastorno que sufre, sin saberlo, 77 % de la población.
Datos como el que nos da Rastreator (76.4 % de los usuarios reconoce que mirar el cel es lo primero que hace cuando se levanta o lo último antes de acostarse) son garantía de ello. Ansiedad, depresión, inseguridad, taquicardia o dolores de cabeza son algunos de sus síntomas.
Y paradójicamente también el aislamiento, ya que la nomofobia puede derivar en sufrir phubbing (apunta esta palabra), que consiste en ignorar a quienes nos acompañan, pero prestar más atención al smartphone.

El síndrome de Google
¿Rememoras la última vez que tomaste papel y pluma para hacer una división? Entonces, mejor no hablamos de las raíces cuadradas. ¿Memorizar un suceso histórico pudiendo buscarlo en la red? ¿Aprenderte un número de teléfono? Si se apaga tu celular, que no te pidan ni uno.
Abusar de la ‘memoria externa’ que nos da nuestro teléfono ha conseguido, de acuerdo con una investigación de la psicóloga Betsy Sparrow, profesora adjunta de la Universidad de Columbia en Nueva York, que retengamos cada vez menos información.
El estudio sugiere que la población ha comenzado a utilizar Internet como su “banco personal de datos”. ¿La parte positiva? Que cada vez somos más hábiles para encontrarlos.

Apnea del Whatsapp
Otra de las adicciones que ya está́ tipificando como tal y que los médicos diagnostican es la de apnea del WhatsApp. Los psicólogos la definen como la ansiedad que genera en nuestro cerebro la consulta compulsiva de mensajes.
Para entendernos, entre los usuarios de esta aplicación (¿quién la usará?) se genera un alto nivel de dependencia a la recepción y envío de mensajes. No tenerlos genera un estado de alteración psicológica que provoca ansiedad.
Para los pacientes de esta tecnopatía estar un rato, una mañana o, en el peor de los casos, un día sin esta app genera un estado de inestabilidad o inseguridad emocional. El grado de dependencia y adicción puede originar tal ansiedad que cuando no existe comunicación se genera desánimo y frustración.

Síndrome de la llamada imaginaria
“Juraría que ha sonado mi teléfono”. Te acercas, lo miras y nada. No existe llamada perdida. ¿Te ha pasado alguna vez? Es el denominado Síndrome de la Llamada Imaginaria y, aunque lo veas un poco excesivo, según la consultora TechHive, 70% de los usuarios ha tenido esta sensación.
Otra de las caras que muestra esta dolencia es cuando, con el teléfono en versión mute (sin sonido) oyes su vibración sin que haya notificaciones que te reclamen. Su nombre es todavía más extravagante: el Síndrome de la Vibración Fantasma. ¿Nunca te ha parecido que estaba vibrando tu móvil y al sacarlo de tu bolsa no había nada?
El cerebro se acostumbra a encontrarse atento a tu smartphone, por lo que cualquier impulso de nuestro cuerpo lo asocia rápidamente a un aviso del dispositivo.
Continúe con el reportaje aquí.