jueves, 6 de octubre de 2011

Ha muerto un gran hombre


Steve Jobs está muerto. El presidente y ex director general de Apple, quien hizo las computadoras personales, teléfonos inteligentes, tabletas y productos digitales de animación en masa para el mercado hoy en día, falleció el día de ayer. Vamos a echarlo de menos. Profundamente y personalmente.

Steven P. Jobs, falleció el 05 de octubre del 2011 después de una larga lucha contra el cáncer de páncreas. Fue a sus 56 años de edad. Muchos hemos llorado su muerte... el mejor deseo para su familia.

Vamos a los comienzos. Él fue la razón por la que muchos de nosotros se metieron en esta industria, o incluso se preocuparan por la tecnología en todos los aspectos. El hizo la computadora personal, y la diversión inteligente. Bill Gates podría haber puesto una computadora de escritorio en cada oficina, pero fue Steve Jobs quien puso una en cada dormitorio, baño o sala. Y luego, años más tarde, repitió la hazaña, poniendo una en cada bolsa y en cada bolsillo de todos, gracias al iPad y al iPhone. Si usted utiliza una computadora o un teléfono inteligente hoy en día, es porque él lo ha creado o es una imitación de su gran potencial.

Cambio la forma en que se hacen las películas, la forma en que se vende la música, la forma en que se dicen las historias, la manera en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Él nos ayudó a trabajar, y nos dio nuevas formas de jugar. Un mito hecho hombre.

Antes de Steve Jobs, los ordenadores eran ajenos a la mayoría de nosotros. Eran accesibles a un poco número de personas sin títulos de ingenieros. No solo por sus procedimientos de operación compleja, sino también porque era tan frías e inhumanas. Jobs entendió que podría ser algo más que eso. Mientras que las computadoras nunca serian personas, él pensaba que se podrían dotar de humanidad. Podía transformarse en máquinas que no solo cualquier persona pudiera utilizar, pero que la gente le guste usar eso se debe al gran arte en diseño que el tenia. El hizo una y otra vez que sean parte de nuestras vidas.

Su historia de vida es familiar, pero se merece una repetición. Fue dado en adopción por sus padres no casados. Se crio en california, y fue en gran medida el producto perfecto para ese lugar en esa hora. Tomo drogas. Se metió en la piratería de teléfonos. Ambos fueron las sustancias precursoras de lo que sería siempre su interés: cambiar su estatus.

En 1976 comenzó Apple en un garaje. Junto a Steve Wozniak, se embarcó en el primer verdadero ordenador personal, la Apple I. Se dirigió al desarrollo de la Mac, el entendimiento de que era el futuro de las computadoras. Esa gran cosa que todas iban a ver. Trajo otra persona para que le ayude con el crecimiento de la compañía, y esa, lo obligo a salir de la propia empresa que había creado.

Durante su ausencia, empezó con las computadoras NeXT. El próximo sistema operativo que formaría las bases para el OS X de Apple, y el IOS.

También comenzó el estudio de las mejores películas de los últimos 30 años. Las películas de Pixar eran innovadoras, de eso seguro. Esto empujo los límites de CGI a tal punto que aun hoy en día, sus primeras películas todavía son geniales. Pero la tecnología es solo una herramienta. Al igual que con todo lo que él entiende que una gran tecnología por sí sola no es suficiente. Para que algo tenga un impacto debe de ser humano. Las películas de Pixar cuentan historias. Hacen que los adultos lloren. Ese fue el impacto de Steve Jobs.

Se convirtió en un hombre de familia. Se reunió con su madre biológica, y su hermana, la escritora Mona Simpson. Él se casó. Tuvo hijos. Era, con todos los contratiempos, un gran padre. Fue su papel de padre y esposo lo que le ayudo a impulsar su segundo acto en Apple.

Tras su regreso a Apple, la compañía comenzó a vender productos emblemáticos. Esos productos que definen una década. El iMac, OS X, el iPod, iTunes (que es muy bueno, antes… horrible), el iPhone, el iPad. Todos estos fueron productos profundamente humanos. Esto refleja su comprensión de como la tecnología se utiliza no solo en el lugar de trabajo, sino que hasta en el hogar. En sus discursos, demostraciones de productos por lo general no se mostraban a las ejecutivos, sino a las familias.

Hizo de Apple la empresa más valiosa del mundo.

Nunca conoció a su padre biológico.

Llevo a cabo muchas cosas, en tantos campos que es tentador comparar a Jobs con alguien del pasado. A Thomas Edison o un Ben Franklin o incluso un Leonardo Da Vinci. Tendemos a hacer eso porque nos ayuda a entender. Pero le hace un pequeño favor. Él era único.

Él era nuestro genio emblemático. En 100 años, cuando los historiadores hablen de la aparición de la era de las maquinas inteligentes, es en Steve Jobs que ellos presentaran todos sus ejemplos de nuestra era.

Recordaran sus defectos, también. Cuando Atari contrató a Jobs y Wozniak para que escriban el código para el juego Breakout de Atari icónico, la pareja ganó un bono de 5000 dólares para completar el trabajo, en gran parte realizado por Woz. Pero Jobs mantuvo el bono en secreto, pagándole a su compañero solo 375 dólares. Cuando su hija Lisa nació en 1978, se gastó dos años negando que fuera el padre. Sus negaciones la obligaron a ella y a su madre a mantenerse en el bienestar.

Una vez se le pregunto a Jobs “que es lo que haces que es tan grandioso?” a lo que respondió, esa pregunta limita mi respuesta.

Neotech duele su partida.